Todos en una habitación.
En esa habitación tan fría en la que la vibraciones del ambiente dicen que aquí pasa algo, algo malo...
Todos los aquí presentes con un mismo sentimiento : Temor.
Yo estaba ahí, tan inmóvil, sin poder decirles que no se preocupen, que pase lo que pase estaré bien; que sean felices.
Una chica comienza a dar un discurso, pero cuando llevaba tan solo una parte, su llanto la interrumpió. Miró por la ventana y se enjuagó las lágrimas. Prosiguió. Al terminar, la chica estaba totalmente desconsolada, pero los demás también lo sufrieron. Tenían pequeñas lágrimas descendiendo por la mejilla.
Sentía que podía despertar, pero...¿por qué no lo hacía?
El hospital, un lugar tan frío...
Me encontraba totalmente extraña : estaba dormida, pero sentía todo a mi alrededor.
Entonces entró él. La última persona que pensé que entraría por esa puerta, pero que era la que más deseaba que lo hiciera.
La gente le explicó el motivo de aquella concentración de gente; el por qué de su estancia.
Aquella furgoneta que no supo frenar a tiempo, aquel golpe en la cabeza, tanta sangre... y la ambulancia que tardó siglos en llegar.
Se acercó a mi, me cogió la mano y me acarició el rostro.
Entonces hubo algo que me tranquilizó mucho: su sonrisa. En todo el tiempo que pasé allí fue lo mejor que había visto: sonreír a la persona de la cual estaba enamorada.
Luego vi como le caía una lágrima. Me dijo que le importaba. Fue precioso.
Entonces me besó.
Ya podía irme tranquila...
Verle llorar fue lo peor. Le susurre al oído como si fuese una pequeña brisa de viento, que estuviera bien.
Y me fui. Él lloraba, la gente gritaba llamando a una enfermera...
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